Sobre el blog

Historias alegres que parecen tristes, historias rancias en busca de unas gotas de modernidad, relatos ingenuos pero cargados de mala intención

MI PERRO

 

MI PERRO



Mi perro se llama Anacleto.  A mí no me gustan los perros y yo no le gusto a él.

Por la mañana, antes de trabajar, lo saco de paseo para que haga sus necesidades. Pero él se aguanta las ganas y cuando de regreso entra en casa,  orina sobre el ficus benjamina del salón que cuido con tanto mimo.

Los domingos, si hace buen tiempo, llevo a Anacleto a pasear por la playa. Dicen que llevando un perro se liga mucho, pero el chucho aprovecha para hacer sus cacas cuando no le veo y después la gente me mira mal por no haberlas recogido.  El domingo pasado me insultaron y creo que el perro se reía por debajo de sus bigotes de mosquetero.

Hoy llovizna y hace frío. La gente se queda en su casa tan ricamente pero él me acosa hasta que lo saco a pasear y no quiere volver hasta que me ve temblar  muerto de frio.

Es cierto que sin mi perro, mi vida no sería igual.

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