Sobre el blog

Historias alegres que parecen tristes, historias rancias en busca de unas gotas de modernidad, relatos ingenuos pero cargados de mala intención

LA BARCA Y EL PESCADOR

 


La barca y el pescador



El pescador había necesitado veinte años de ahorros y tres meses de trabajo con los carpinteros del astillero local, pero finalmente lo había logrado.

Hoy era el gran día. Por fin, la barca de pesca estaba terminada.

Habían acudido a presenciar el acontecimiento casi todos los habitantes de aquel pueblo de pescadores. Los hombres se vistieron con sus mejores pantalones, sus chaquetas de pana y sus camisas de cuello duro. Las mujeres lucían sus vestidos de domingo, lavados y planchados para la ocasión.

Hasta los chiquillos que se mostraban expectantes por la botadura de la barca, aceptaron de buena gana la obligación de ponerse zapatos para asistir a la singladura.

Un fraile traído al efecto, desgranó bendiciones y agua bendita sobre la cubierta.

Y la barca deslizándose por la rampa de botadura entró suavemente en el agua.

Al primer golpe de remo, una vía de agua la hundió lentamente, pero de manera inapelable.

Cuando el pescador nadó abatido hacia la orilla, el fraile tuvo la prudencia de no pedirle el pago de sus devociones.




Foto del autor.

Publicar un comentario

2 Comentarios

  1. A veces sucede así, todas las ilusiones y energías en un proyecto que al final no da frutos. Menos mal que no le cobraron la bendición. Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu amable comentario. Y si, la vida nos suele jugar esas malas pasadas.

    ResponderEliminar

Agradeceré tus comentarios aquí

Me gusta