Sobre el blog

Historias alegres que parecen tristes, historias rancias en busca de unas gotas de modernidad, relatos ingenuos pero cargados de mala intención

DE LOS POBRES QUE SE RIEN DE LOS POBRES

 

DE LOS POBRES QUE SE RIEN DE LOS POBRES






Pedro siempre se sintió marginado. Medía un metro cincuenta escaso y le sobraban por lo menos quince kilos. Le faltaban la mitad de los dientes, por lo que su sonrisa mellada resultaba un poco ridícula.

Un día en el bar del barrio entró un enano. Medía por lo menos veinte centímetros menos que Pedro.

-          Mirar, mirar, un enano – y se rio en voz alta, varios tonos por encima de su timbre habitual de voz.

Los clientes del bar se rieron.

Pedro se sintió bien, invitó a una ronda a los contertulios, y se marchó feliz a casa. Por una vez él estaba entre los que se rieron de otro.

Los parroquianos del bar que quedaron comentando la salida de Pedro. Se rieron de Pedro y del enano.

Ya en su cama, Pedro se sentía muy satisfecho recordando la anécdota

-          Y si encima hubiera sido negro, nos hubiéramos partido de risa – pensó justo antes de quedar dormido.




Imagen creada con IA DALL.E



I

Publicar un comentario

0 Comentarios

Me gusta