Sobre el blog

Historias alegres que parecen tristes, historias rancias en busca de unas gotas de modernidad, relatos ingenuos pero cargados de mala intención

CONVIVENCIA

 Las pequeñas manías de cada uno, a veces nos estropean la vida.

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CONVIVENCIA


En los dieciséis años que llevábamos casados Marta  siempre se había portado como una buena compañera de vida y de cama. Pero tenía una costumbre que me sacaba de quicio.

Cuando se metía en la bañera y lo hacía casi todos los días, empezaba a pedirme útiles que necesitaba y que había olvidado llevarse:

-          - Paco, tráeme el gel.

-          - Voy

-          - Paco, acércame la esponja

-          - Voy

-          - Paco, el cepillo del pelo

-          - Voy

Aquel día me llamó:

-          - Paco, dame el secador de pelo.

Se lo dí. Después de enchufarlo.

Fue un hermoso estallido.


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