NOTA FALSA

 

NOTA FALSA

Siempre me ponía nervioso cuando tenía que tocar ante la madre de mi padre. Cualquier fallo era correspondido con aquella mirada adusta de reproche. Y empecé a desgranar La Marcha Turca de Mozart.

Al llegar a la última nota mi torpeza forzó al piano a emitir un sonido agudo y seco, un sonido adúltero y quebrado que hizo vibrar la copa que había dejado casi intacta al sentarme a tocar. Se sostenía de forma inestable al borde de la mesa y aquella última nota produjo su caída, vertiendo el contenido del champagne en parte  sobre el barnizado suelo, pero principalmente sobre los bornes del enchufe de la manta eléctrica de la abuela.

Me apresuré a recogerla del suelo sin que nadie prestase atención al incidente.

Cuando me pidió  que le conectase la manta eléctrica, no pude evitar una sonrisa. Y es que el asunto tenía chispa, me dije mientras la enchufaba a la pared y pulsaba el botón de puesta en marcha.

Fue un bonito estallido.