Sobre el blog

Historias alegres que parecen tristes, historias rancias en busca de unas gotas de modernidad, relatos ingenuos pero cargados de mala intención

LA MUERTE DEL HUÉSPED

 

LA MUERTE DEL HUESPED


Este relato pretende ser mi humilde homenaje a un relato de mucha más calidad y a una autora ante la que no puedo más que expresar mi admiración.

El relato original se titula El Huésped y la autora es la escritora mejicana Amparo Dávila. 

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Tenía un retraso mental que lo convirtió en el tonto del pueblo desde su infancia. Una enfermedad del hígado le había dejado los ojos perpetuamente amarillentos, lo que unido a su aspecto descuidado, su andar encorvado y una cicatriz que le atravesaba la cara debida a la patada de una mula, le daba un aspecto patibulario, aunque era una persona completamente inofensiva y perpetuamente triste por falta de cariño.

Un día vio a un hombre que apuñalaba a una mujer. Cuando este lo descubrió lo sujetó por la manga de la vieja chaqueta y lo obligó a meterse en un automóvil.

-       Nunca repitas lo que has visto o te hago lo mismo que a ella.

Lo llevó hasta su casa, pensando en deshacerse de él más adelante, ya que la muerte de una prostituta no desencadenaría muchas investigaciones pero dos muertos en la misma noche darían que hablar.

Cuando la mujer les abrió la puerta, se la quedó mirando con sus ojos amarillentos y pensó que era la mujer más guapa y dulce que había visto nunca.

Lo hospedaron en un cuarto húmedo y frío, pero no le importó, estaba acostumbrado a dormir a la intemperie. Le daban de comer dos veces al día. Por primera vez en su vida se sintió feliz.

Como era costumbre, dormía durante el día porque la luz solar hacía daño a sus ojos y durante la noche se movía sigilosamente por la casa para no molestar a los propietarios, pero trataba de ver a la mujer guapa siempre que tenía posibilidad. Debía de estar enferma, porque parecía estar siempre muy nerviosa y con frecuencia la oía pegar gritos, tirar cosas al suelo y salir corriendo.

Otra mujer, que tenía un hijo pequeño, le traía habitualmente la comida y se la dejaba en la habitación. También era guapa, pero no tanto como la otra.

Un día vio como un gato callejero que se había colado por una ventana, atacaba al hijo  de la segunda mujer,  que ella había dejado durmiendo en un cajón mientras hacía la compra. Se arrojó sobre el gato, lo estranguló con sus propias manos y arrojó el cadáver por la misma ventana por la que había entrado. En el momento que miraba si el niño tenía alguna herida mayor que los rasguños producidos por el felino, la mujer guapa apareció armada de una tranca que descargó contra su espalda. Sintió un enorme dolor pero sobre todo una gran pena porque sin duda la mujer había creído que quería hacer daño al bebé. Lloró silenciosamente durante toda la noche y herido como estaba, no salió de la habitación en los días siguientes.

Por fin un día, después de horribles pesadillas, se despertó mejor. Quiso abrir la puerta de la habitación, pero estaba bloqueada. Intentó abrirla, la golpeó, la empujó, pero no pudo conseguirlo de ninguna manera.

Pensó horrorizado que alguien había entrado en la casa y podía estar haciéndole daño a la mujer guapa. Pasaron los días y el hambre y la sed le torturaban pero hasta el último suspiro lo que más dolor le producía era no saber si las mujeres y los niños estaban a salvo.

Cuando murió de sed y de hambre, lo enterraron en el jardín y todos en la casa, por distintos motivos, se sintieron aliviados por verse libres del monstruo de los ojos amarillos.




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4 Comentarios

  1. ¿Quién es más monstruo? ¿El monstruo por su aspecto o el que mata al monstruo sin razón para ello? Otro relato cojonudo.

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    1. El relato se basa en un cuento de Amparo Dávila, El Huésped, pero visto desde la perspectiva del invitado. Si tienes oportunidad léelo, merece la pena. Gracias por tus comentarios y feliz año

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  2. Que fuerte, me puso la piel de gallina. Muy bueno. Saludos

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