Vuelvo a publicar algunas de las entradas más antiguas. Pero están entre mis favoritas, espero que te gusten
Hacía 50 años que se habían casado aunque probablemente no lo recordaban.
Cuando los hijos los llevaron al neurólogo les dijo que no era Alzheimer, que era una demencia. Así que con mucho alivio los dejaron en su casa y continuaron sus vidas. Eso sí, muchos días hablaban con ellos.
Los llamaron aquella noche. Contestó Luis, que no entendió muy bien lo que le decían. Algo de una boda y de oro, pero no supo quién se casaba. Al despedirse le recordaron que tomasen la medicación. Se tomó su pastilla para dormir, le dio otra a Concha y se fueron a la cama.
Más tarde Concha se levantó al servicio y al volver a la cama vio encima de la mesita las pastillas que Luis había olvidado, así que le dio una a Luis y ella tomó otra y se quedaron dormidos.
Los despertó la televisión que habían dejado encendida y Concha le dijo a Luis que era hora de comer. Antes de empezar vieron el frasco de pastillas encima de la mesa y tomaron una. Después tomaron un plato de sopa sin calentar y abrieron el gas para freír algo, pero lo olvidaron.
Cuando acabaron la sopa no recordaban haber tomado la pastilla, así que tomaron otra.
Se acostaron mientras el gas fluía mansamente. Quedaron profundamente dormidos y nunca despertaron.
Los hijos lloraron mucho la pérdida.
Imagen generada por IA con dreamstudio.ai/dream
2 Comentarios
Al menos tuvieron una muerte dulce.
ResponderEliminarTodo lo dulce que puede ser el olvido. Gracias por tu comentario
EliminarAgradeceré tus comentarios aquí