Aquel año no había tenido suerte con los
negocios y el año anterior tampoco. Así que a mediados de Febrero decidió
cambiar de profesión, reciclarse como decían ahora, tenía que admitir que había
fracasado.
Revendió todas las existencias de mercancía a precio de saldo y cogió el traspaso de un bar de copas bien situado en la
zona de ambiente.
Así abandonó definitivamente el negocio de
venta de mascarillas higiénicas. Era el quince de Febrero de dos mil veinte.
Nunca tuvo buen ojo para los negocios.
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