Estrenaban la enésima parte de Star Wars. Quería verla,
me sentía como los héroes de la serie.
Saqué la entrada anticipadamente. No quería sorpresas
Llegué pronto y compré palomitas y un refresco.
Cuando empezó la película el tipo de la butaca de al lado
alargó la mano y empezó a comer
palomitas de mi paquete. Al cabo de cinco minutos pegó el primer trago a mi
refresco.
A mitad de la película me miró enfadado y me dijo que ya
no quedaban palomitas.
No me pude contener. Salí al bar y compré otro paquete, más
grande.
No me gusta reñir.
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