Era uno de esos días de primavera que reconcilian con la
vida. Desayunó, se duchó y al salir se miró al espejo de hall, satisfecho con
la imagen que le devolvía.
Entró a comprar el pan:
- - Hola, buenos días.
- - Dame un barra de cuarto, poco hecha.
- - ¿Estuviste de gripe?. Parece que estás más
delgado
- - No, estoy bien. Hasta mañana
Paró en el quiosco a comprar la prensa
- - Hola, dame el periódico
- - Que ¿a dar un paseo?. Aprovecha para tomar el
sol, que se te ve un poco pálido
Volvió a casa. Se miró nuevamente en el espejo de la
entrada.
Decididamente no tenía buen aspecto. Tomó un paracetamol
y se metió en la cama
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