Sobre el blog

Historias alegres que parecen tristes, historias rancias en busca de unas gotas de modernidad, relatos ingenuos pero cargados de mala intención

A TRAICIÓN

 

A_traicion





Como todas las noches la besé en el cuello, pero aquella no iba a ser una velada como las demás. Le pedí que se diera la vuelta dándome la espalda y ella inocente y puede que expectante, me obedeció sin ninguna objeción. Yo, que tenía una idea muy clara de lo que iba a hacer, solo puedo decir en mi descargo que la pasión y el vicio me cegaron.

El contemplar aquellas partes carnosas y tibias, aquella tentación  epicúrea  pero equilibrada en su simetría,  activó mi sensualidad y me alentó a cumplir mi propósito inicial.

Cuando ella se dio cuenta de mi propósito lanzó un pequeño grito de alarma, pero ya era demasiado tarde.  

Pasando mis brazos por delante de sus pechos acababa de robarle aquellas dos magdalenas grandes y recién hechas que reposaban en la bandeja situada justo delante de ella, en la mesa de la cocina.

Nunca supe resistirme a un buen postre. Y aquella noche, tampoco.


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