Sobre el blog

Historias alegres que parecen tristes, historias rancias en busca de unas gotas de modernidad, relatos ingenuos pero cargados de mala intención

PULGUITA (Segunda y última parte)

 


PULGUITA (SEGUNDA PARTE)






PULGUITA (segunda parte y última)

- Calla, Pulguita. Calla y ponte de rodillas – y le dio una bofetada mientras la cogía por el hombro y la obligaba a arrodillarse.

Entonces lo reconoció.

- ¿Qué quieres hacerme? – le dijo asustada, pero sin perder el control.

- Eres tú la que vas a hacerme algo a mí. Vas a chupármela – y la agarró por el pelo mientras con la otra mano le dio otra bofetada.

Cristina se dio cuenta de que no podía oponerse por la fuerza, era mucho más débil. Y también decidió lo que tenía que hacer para defenderse de aquella agresión.

Cuando Marcial se sacó la polla, permitió que se la metiera en la boca y al segundo envite la cogió por la base y dejó que violase su inocencia. Sintió una arcada de asco por lo que iba a hacer pero era su única posibilidad de defensa.

En ese momento él creyó que había ganado, que estaba colaborando y fugazmente se le ocurrió que igual le gustaba. Pero al siguiente momento una cortina roja de dolor le inundó el cerebro y la vista y sintió como unos dientes se clavaban en su pene y lo seccionaban. Como en un flash , vio la cara de la Pulguita y los brackets metálicos que abrazaban sus dientes. Y se desmayó.

Cristina se levantó despacio. No iba a llorar, no en ese momento, ya lo haría en casa, sola o con sus libros de matemáticas que nunca la defraudaban. Miró alrededor, no había nadie. Entonces se dio cuenta de que tenía aquel trozo de carne en la boca impidiéndole respirar. Lo sacó reprimiendo las ganas de vomitar y no supo qué hacer con él. Miró alrededor y vio que un clavo que unía un bastidor del emparrado estaba casi suelto. Cogió una piedra del suelo y con ella clavó aquel pedazo de carne arrancado al bastidor. Después recogió con cuidado los papeles y apuntes que se habían desperdigado por el suelo, se limpió las rodillas y miró brevemente para Marcial que sangraba de forma abundante por donde antes había tenido un pene. Seguía tendido sin conocimiento. Cogió el teléfono móvil que él había sacado del bolsillo con la intención de grabar la felación y buscó en la agenda. Marcó el número.

- Marcial me intentó violar. Está herido, tirado en el parque en el camino de los Poetas. Tengo pruebas de la violación.

Se mandó por whatsapp el video donde se veía como la pegaba, como la humillaba y como la obligaba a iniciar la felación. El video se cortaba en el momento que el dolor lo obligaba a soltar el teléfono. Limpió el teléfono y se lo dejó al lado de la mano derecha.

Julio y Abel lo habían visto todo escondidos detrás de un árbol a unas decenas de metros del camino de los Poetas. Al principio, cuando se la metió en la boca se regocijaron y se dieron codazos de complicidad pero después al ver a su amigo desmayarse  no entendieron lo que pasaba, hasta que vieron a la Pulguita clavando el pene de su amigo.

- ¿Qué hacemos? – dijo Julio

- ¿Ir a la policía? – le contestó Abel

- Tío, somos cómplices. Era una violación por una apuesta – Julio estaba asustado

- Nadie sabe que estamos aquí – le dijo Abel

- Yo no estuve contigo en el parque – susurró Julio

- Ni yo contigo.

Y se marcharon sigilosamente, tratando de no llamar la atención.

Cristina se dirigió a una fuente que había cerca del camino de los Poetas. Era agua de manantial, muy fresca, de la que había bebido en muchas ocasiones cuando era niña y se paraba a jugar al salir de clase.

Se limpió la boca, bebió unos tragos de agua y después limpió la fuente para que no quedara ningún rastro. Y despacio se dirigió caminando a su casa. Al salir del parque vio a Julio y Abel huyendo del sitio de la agresión y se imaginó la verdad. Habían estado de mirones.

Aquella noche, en su cama, lloró silenciosamente hasta que no le quedaron lágrimas, pero al día siguiente se levantó como siempre y marchó a clase. Nadie le iba a impedir ser matemática.

En clase, Julio y Abel la miraban de reojo buscando algún indicio, algún gesto. Por la mañana los padres de Marcial habían mandado una nota de que había tenido un accidente y no podría asistir a clase por un tiempo.

En la media hora de descanso, salieron a dar un paseo y cuando volvían para clase se encontraron con Cristina de frente. No la podían evitar y al cruzarse, ella les sonrió enseñándoles los dientes.

La evitaron todo el resto del curso y antes de empezar el siguiente supieron que Marcial se había matriculado en otro Instituto. Ellos también se habían cambiado de Centro.

Cristina fue la número uno de su promoción cuando se licenció en matemáticas.

 


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2 Comentarios

  1. Una gran persona a la que habría que conocer. Cristina está destinada a la lucha por las causas nobles.

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  2. Demasiado cerebral para ser una gran persona, demasiado fría para luchar por las causas nobles, demasiado pequeña para llegar muy alto...demasiado inteligente para fracasar.
    Gracias por leerme

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