No se lo que es lo peor de mi vida. Si tener noventa aƱos, si vivir solo en un piso de treinta metros cuadrados con una sola ventana pequeƱa que da a un patio de luces maloliente o si tener una pensión pequeƱa, una pensión mutilada por un prĆ©stamo pendiente con un banco que nunca podrĆ© terminar d…
Leer completo »A mediados de los sesenta, la dictadura empezaba a boquear como los peces que se quedan sin agua. Lo malo es que la mayorĆa de los espaƱoles no se daba cuenta, porque aunque fuera el principio del fin, el aparato de represión seguĆa funcionando. El miedo continuaba presente en la vida de casi tod…
Leer completo »En estas fechas, recuerdo de la historia ya publicada hace un aƱo. Desde el total respeto a los creyentes, cuento la historia a mi manera. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------ El Maestro alzó las manos y pidió silencio. - …
Leer completo »El pescador habĆa necesitado veinte aƱos de ahorros y tres meses de trabajo con los carpinteros del astillero local, pero finalmente lo habĆa logrado. Hoy era el gran dĆa. Por fin, la barca de pesca estaba terminada. HabĆan acudido a presenciar el acontecimiento casi todos los habitantes de a…
Leer completo »DespuĆ©s de cuatrocientos kilómetros conduciendo sin pausa, necesitaba repostar y tomarme un pequeƱo descanso. ParĆ© en un Ć”rea de servicio y despuĆ©s de llenar el depósito entrĆ© en la cafeterĆa y me sentĆ© delante de un cafĆ© solo con mucho azĆŗcar y un donuts gigante. Necesitaba darle algo de gusto a…
Leer completo »Al despertar tuve la sensación de que algo no iba bien. IntentĆ© encender la luz de la mesita situada a la derecha de la cama, pero no acertĆ© a pulsar el interruptor. Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz matutina que entraba a travĆ©s de la persiana,…
Leer completo »Al atardecer salĆa a pasear por la alameda. Bella y distante, siempre vestida de negro y acompaƱada de Trosky, su perro de lanas. Ausente en apariencia, gustaba sentir las miradas de deseo de los hombres y la envida de sus mujeres. Con el tiempo los hijos s…
Leer completo »LlevĆ”bamos un aƱo viviendo en Treblinka. Mi papĆ” era Oficial de la SS y estaba destinado allĆ. Se estaba bien en Treblinka. PapĆ” no me dejaba ir a visitar el campo ni las llegadas de los judĆos a lo que llamaban la estación de la muerte, pero tenĆamos un bonito parque donde los cuatro niƱos hij…
Leer completo »A la entrada del almacĆ©n se dijo a sĆ mismo, como para darse valor: - Cuando te llama, no te queda mĆ”s remedio que presentarte, pero no siempre es por algo malo. A la puert…
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